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‘First Dates’: Manoli confiesa a su cita que le encanta grabarse mientras defeca

First Dates.
First Dates.
Natalia Díaz
  • Natalia Díaz
  • Periodista y comunicadora audiovisual. Actualmente redactora en Happy FM. Interesada sobre todo en la música y adentrándome en el mundo de la televisión.

First Dates siempre tiene las citas más divertidas y surrealistas gracias a su selección de solteros que acuden a buscar pareja. Cada persona es un mundo y tiene sus propias costumbres y extravagancias, pero estos dos comensales consiguieron sobresalir por encima del resto debido a un extraño hábito que comparten.

Manoli fue la primera en aparecer por el restaurante más famoso de la televisión. Esta joven de Sevilla ha confesado que en su ciudad recibe muchas malas miradas por su apariencia y su pelo teñido de rosa, pero ella ha decidido ignorarlas porque no sigue ninguna norma. En cuanto a lo que busca en una pareja, solo ha hecho dos peticiones: que le gusten los gatos y el anime.

Manoli en ‘First Dates’ | Mediaset

Entre sus talentos, reveló lo que más le gusta hacerle a un chico: “Calentarle y ponerle bien… ponerle fueguito, fueguito. Ponerle hoy, luego que lo siga o no… Eso ya no se sabe”. Sin embargo, al ver a Ángel, su cita, esas expectativas cayeron al suelo ya que no le gustó físicamente a primera vista según comentó a las cámaras de First Dates. De cara al joven, aseguró que le había gustado su pelo. El catalán luce tatuajes en su rostro y el pelo largo y ha reconocido que de primeras cuando la gente le ve “o les flipa o se cambian de acera”. Además, ha bromeado con que nunca le han atracado porque él “parece el asaltante”.

La sevillana ha confesado que le gustan “los chicos canis con pinta de marroneros” y que tenía miedo de que el programa le llevara alguien “de VOX” o que le gustaran los toros. Por el contrario, ha tenido muchas cosas en común con su cita. La familia no ha sido una de ellas. Mientras el barcelonés se lleva bien con la suya, Manoli ha contado que se separó de ella a los 18 años porque no respetaban su vida y su trabajo: “Subo fotos de sesiones especiales, con lencería… trabajo de eso y me encanta”.

Entre confesión y confesión, llegó el momento más extraño de la noche. Aprovechando que la joven había hecho una confesión personal, Ángel se atrevió a hacer otra. “Me grabo cagando”, revelaba. Curiosamente, esto no solo no asustó a Manoli, sino que coincidió con él: “Yo también, me veo regia después de cagar y me hago fotos bonitas después de cagar”. Pese a que probablemente jamás vuelvan a encontrar a alguien con quien compartan esta extravagante costumbre, la comensal decidió que no quería tener una segunda cita con el que fuera su acompañante durante la velada.

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